jueves, 4 de enero de 2024

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El alba se asomaba por el horizonte, iluminando el cielo con sus colores rojizos y anaranjados. El viento soplaba suavemente, acariciando los árboles y las flores.

En la pequeña cabaña,  Javier dormía profundamente.   Una mujer estaba frente a él. Era hermosa, con el pelo largo y negro, la piel bronceada y los ojos verdes como esmeraldas. Vestía un vestido blanco que se movía con el viento.

Javier abrió los ojos y se sentó en la cama, sorprendido, la miró con incredulidad. ¿Era real? ¿O era solo un sueño?

― ¿Te he despertado?

Javier asintió. ¿Quién eres? ― preguntó.

― Soy una ninfa, he venido a buscarte.

― No entiendo.

Te he visto ― dijo la ninfa. Te he visto en tus sueños.  La ninfa se acercó a él y lo besó. Javier sintió su cuerpo arder de deseo.  Se besaron durante un largo rato. Mi tiempo aquí se acaba ― dijo la ninfa. Él la miró con tristeza.  ¿No volveremos a vernos?― preguntó.

Ella sonrió. Volveremos a vernos ― dijo.  En nuestros sueños  ― con esas palabras, desapareció.

Javier se quedó mirando el lugar donde ella había estado. No podía creer que todo hubiera sido un sueño.

***

Javier no pudo olvidar a la ninfa. La soñaba todas las noches, y cada vez se enamoraba más de ella. Decidido, se fue al bosque a vivir en la floresta hasta encontrarla.

Pasaron los días, y luego las semanas, y luego los meses. Un día, cuando ya estaba a punto de perder la esperanza, la vio.  Estaba sentada en un claro del bosque, con su largo pelo negro ondeando en el viento.

Javier la llamó, y ella lo miró.

― Por fin te he encontrado.

La ninfa sonrió. Yo también te he encontrado ―dijo.

Twitter: Owiruame

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