Fiesta de máscaras que pasan de mano en mano al compás de una lejana melodía. Detrás de ellas puedo mirar tus ojos, no necesito más.
Las máscaras salen sobrando, igual que los espectadores.
Cuando miro tus ojos no existe nadie más, sólo tú y yo perdidos en un abismo de lo que puede ser y no será.
La melodía termina, cae el telón al mismo tiempo que aquellas máscaras.
Por unos segundos puedo verte tal y como eres ...y por hoy es suficiente.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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