Las esperas son eternas, el tiempo no pasa. Las despedidas son tan vertiginosas que te arrancan el sentir de la punta de los dedos.
¡Mariposas caprichosas! Los ansiados besos parecieran nunca posarse en los labios. Los besos de adiós nunca se quedan lo suficiente.
En la espera se mira de frente anhelando aquello que aún no se vislumbra. El adiós es un ocaso que desearíamos fuese eterno.
Quisiera que estuvieras aquí. Quisiera que no tuvieras que decir adiós. El tiempo, el espacio y la distancia a veces no se conjugan.
Te espero. Te despides. Te amo y confió en que algún otro día, la magia que desprendes pueda entregarnos momentos como los que hemos vivido.
Falta poco...
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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