Navegando naufragué y encallé en tu isla. Algunos cuentan que esa isla era habitada por la hija de Atlas; no es así, yo se que eres hija del viento.
Tu voz me llamaba desde lejos como canto de sirena, y aunque llevas nombre de ninfa se que eres musa.
Cual Odiseo, quisiera perderme en tu abrazo hasta perder la noción del tiempo.
Y como Odiseo, tendré que zarpar y buscar en otros mares, otros brazos, otros labios, llevando conmigo tu recuerdo.
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