lunes, 25 de marzo de 2024

sueños

En la jaula de su amor, sus palabras encerraron mis sueños,

un mandato cruel, un frío invierno: Prohibido soñar, sentenció.


Mi

alma

se

acurrucó

en

el

silencio,

congelada en la quietud del letargo.


Las noches se tiñeron de gris, la luna se escondió tras un velo de niebla, las estrellas apagaron su luz.


Pero la vida es un río indomable, que busca su cauce natural.

Un día, llegó la primavera, con sus flores y su canto.


La luz del sol se filtró en mi celda, y el calor fundió la escarcha que cubría las paredes.


Y entonces,

como

un

ave

libre,

mis sueños volvieron a volar.


Colores vibrantes inundaron mi mente, historias fantásticas se tejieron en la noche.

La esperanza renació en mi corazón.


Twitter: Owiruame

jueves, 21 de marzo de 2024

14/52

Escrito con letras temblorosas en un pedazo de cartón, un anuncio colgaba de la pared del edificio: "Vendo mis últimas esperanzas o las intercambio por sueños rotos que se puedan reciclar". Lo miré fijamente, sintiendo una mezcla de curiosidad y desolación. La frase resonó en mi mente con una extraña familiaridad.

Entré al edificio, la curiosidad me empujaba a buscar al autor de tan peculiar oferta. Llegué al departamento 7-B. Rebeca, una artista que había visto cómo sus sueños se marchitaban uno a uno, se había decidido a dar un último paso antes de rendirse por completo. No le quedaba nada más que ofrecer, sólo las últimas migajas de su esperanza, convertidas en ese extraño anuncio. Abrió la puerta.

Mis ojos se encontraron con los de Rebeca. Un silencio incómodo se apoderó de nosotros, pero me atreví a preguntar: "¿Qué esperas a cambio de tus últimas esperanzas?". Ella me miró con sorpresa, no esperaba que alguien respondiera a su peculiar oferta. Dudó un instante antes de responder: "No lo sé... algo que me ayude a seguir soñando, aunque sea sólo un pedacito de un sueño roto".

La miré con nostalgia, recordando todo lo que había dejado atrás. "Yo tengo algunos sueños rotos", dije. "Tal vez podamos hacer un trueque". Ella se sintió intrigada. "Cuéntame sobre tus sueños rotos",  me dijo invitándome a pasar.

Me senté frente a ella y conversamos. Le conté de mis letras que nunca se habían publicado, de aquella beca que perdí, de ese "no" que recibí por respuesta. Rebeca, me contó a su vez sobre sus sueños de ser pintora, de sus lienzos vacíos y de la soledad...

Pasaron las horas, al atardecer nos dimos cuenta: aún compartíamos una chispa de esperanza. Los sueños rotos, al ser compartidos, se transformaron en algo nuevo. Ahora unidos por un mismo anhelo, nos embarcamos en un nuevo viaje, con la esperanza de que, juntos, nuestros pedazos rotos pudieran crear algo hermoso.

En el taller de Rebeca, entre pinceles y lienzos manchados, nuestros sueños rotos se fusionaron. Las letras que no se habían publicado se convirtieron en poemas inspiradores y  el "no" se convirtió en un "sí" a la posibilidad de crear algo nuevo.

Twitter: Owiruame

enigma

Misterio.
Cuando hablas tu voz me envuelve como incienso.
Cuando callas tu silencio pronuncia un secreto velado para mí.
Cuando dices que eres un enigma, entiendo que eres poesía.

Enigma.
Amo los enigmas.
Amo la poesía y mística con que se plantean.
Amo los enigmas porque nacen de tu boca como un canto, como un mantra.

Cuando dices que eres un enigma, entiendo que eres poesía. Entonces elevo mis ojos al cielo murmurando entre mis labios no una respuesta sino una oración que me acerca a ti.


Twitter: Owiruame